Hay lo que digo...
Hay lo que
digo
por cercano y
fuerte
o necesario;
hay lo que
callo
por
distante, extraño,
tal vez
amenazante.
Nada me
aterra más hoy
que estar
solo de veras y de ti;
nada, más
que pensar que un día
no haya
respuesta en tu mirada.
Y digo,
entonces, que me importa todo
recitar tus
palabras,
y que las
mías no valgan
más que como
aliento
para que me
declares presente y cierto y tuyo.
Lo
necesario,
lo ominoso,
tú, yo.
En Bogotá,
abril 30 de 2014
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