martes, 24 de diciembre de 2013

Del re-nacimiento al intento
(un mensaje para el final de 2013)


Mis amigos saben que el lenguaje me apasiona. Y que suelo buscar en las palabras algo que generalmente ellas no dicen, no porque no tengan el potencial para expresar más de lo que queremos sino porque muchas veces no sabemos o no queremos decir algo más allá de lo que imponen la cultura, la tradición, las costumbres, las épocas.

Escribí hace uno o dos años, en un mensaje navideño, que una idea valiosa de la tradición es que en culturas no religiosas el sentido del re-nacimiento estaba presente en esas fechas que sugieren el término de un período de la vida, de los ciclos de la Tierra, de las actividades productivas en el campo... Y es bueno que nuestra mayor potencia como especie, la cultura, nos lleve a hacer cavilaciones y balances, y que nos dé la posibilidad de pensar que podemos ser mejores, y que incite a pensar que cualquier transformación benéfica en nuestra vida generalmente se logra sobre la base de ejercer nuestra capacidad para abandonar aquello que nos limita, o nos reprime, o nos lleva a conformarnos con rutinas o con ambientes confortables.

Sobre nacer y renacer seguirán escribiéndose muchas notas, y libros, y mensajes como éste.

Pero el amigo Monlau, el etimólogo que consultaba mi abuelo materno en la versión de su diccionario de 1941, me hizo pensar que hay otros sentidos asociados con las celebraciones de cada final de año. Afirma que las pascuas, una de las cuales asocia la tradición católica con la navidad, significan la celebración de un "paso" (el paso del Mar Rojo cuando Moisés condujo a su pueblo en la liberación de la esclavitud en el antiguo Egipto). En las llamadas pascuas de navidad se debería celebrar la transición que supone el que podamos reinventarnos cada vez que queramos.




Carlos Castañeda, el viajero antopólogo amigo de Juan Matus, descubrió que uno de los "secretos" de la sabiduría de su amigo brujo consistía en haber desarrollado su capacidad para atreverse a ser diferente, y mejor, al enfrentar nuevos retos y situaciones en la vida. El "intento" es el reconocimiento de que se puede superar una encrucijada, o adquirir un saber, o resolver un problema, o alcanzar una meta, y es además el empeño que se aplica en cada caso, y también la conquista final, la transformación, el logro que resulta.

Como no es época para grandes discursos sino para enormes abrazos, concluyo aclarando que esta nota tiene como propósito convertir en abrazo mis palabras, siempre dedicadas a quienes leen mis escritos (dije ya que son mis amigos, y mis amigos justifican en gran medida mi existencia). Deseo que con el renacimiento de cada uno venga el intento por alcanzar lo mejor que la vida nos puede ofrecer (en mi opinión, se trata del amor, el trabajo y el conocimiento, como he dicho que dijo mi otro amigo, Wilhelm Reich).

¡Suerte y pulso para 2014!

2 comentarios:

  1. el "paso", entrecomillado tal como lo concibes, es quizás la razón por la que continuamos andando día a día con o sin descanso, con o sin fatiga. Sabemos que existen han existido y existirán los rituales de "paso" que nos permiten soñar, idear y por tanto concretar cambios reales, cambios de piel, cambios de perspectiva, cambios de alma, cambio de planes, cambios... cambios... Lo has dicho pasar de la esclavitud a la libertad... Que esta Navidad sea para tí y los tuyos un "paso"más hacia la libertad. Abrazoooo Navideñooooo

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias por tus reflexiones, búsquedas, encuentros y reinventos.¡Feliz navidad!

    ResponderEliminar