miércoles, 9 de octubre de 2013

AUTO-CITAS

1. La libertad es el ejercicio de la conciencia. La conciencia plena, real, no simulada (que sería pose, nada más), exige consecuencia: tiene como consecuencia el ser éticos y el ser libres. Así, ningún individuo deshonesto es libre, ningún mentiroso es libre.

2.Des-adaptarse, renunciar a la aptitud que reclaman (exigen, imponen) los modos vida que nos circundan (la muerte que nos rodea), para que todo sea posible. Pero, cuidado: no se trata de reivindicar la muerte, que es oferta de la renunciación, y no necesariamente de la des-adaptación. De algún modo, sólo existe la opción del heroísmo (así como héroes terminemos siendo derrotados).

3. Hay una gran confusión entre paz y calma. Esta última es lo que se reclama como vida sin conflictos. Pero lo que se asume como conflicto es cualquier expresión de malestar (siempre hay quienes experimenten malestares en nuestra sociedad, pues su fundamento es la desigualdad). Lo grave es que la ausencia de conflicto bordea la supresión de la libertad.

4.No es limitando las posibilidades de otros como se amplía la libertad propia; en ese caso, lo que se obtiene es la imposición (un ejercicio del poder como instrumento para obtener ventajas de un solo lado).

5. La existencia de otros, su libertad para ser y expresarse de manera diferente a la nuestra, hace posible nuestra existencia: nos permite identificarnos, tener conciencia.

6. La ley es desigual. En Colombia se puede matar cuando se actúa —según las leyes— "en legítima defensa" (lo que incluye la defensa de la propiedad, no sólo de la vida).

7. Si el olvido "es una de las formas de la memoria, su oculto sótano", es porque somos seres vivos; es decir, porque dependemos de cada instante, vale decir, de toda circunstancia. Así, el olvido viene a ser una postura (mejor, una impostura) en la que juega papel decisivo la inconsciencia: si es imposible olvidar real y completamente, el des-ejercicio de la memoria sólo puede explicarse como estrategia para subsistir, para acomodarnos, para congraciarnos con toda suerte de adversidades, aún de las imaginadas.

8. Añoranza y esperanza (recuerdo y fantasía), como estrategias, constituyen disculpas tardías o anticipadas de cómo somos, o pensamos, o actuamos.

9. En algún lugar, en algún momento, se me ocurrió que en verdad "la esperanza es lo último que se gana". La idea es válida sobre todo para pueblos que se han acostumbrado a la desgracia, a la corrupción, a la imposición.

10. Se les ocurrió que la imagen del espejo permite mostrar lo que cada quién es. Pero no recordaron (no advirtieron) que los espejos (como los lentes) son selectivos, y que no se garantiza que reflejen adecuada y verazmente lo que se sitúa delante de ellos.

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