martes, 12 de junio de 2012




De algún modo "me libro"...


Justamente "me libro" porque andar con tantas notas acumuladas en tantos años comienza a hacerse una carga pesada, y hay amigos que han creído alguna vez que tanta carreta y tantos sueños podrían llegar a imprimirse y tener una encuadernación amable, esa especie de pequeños regalos que son los buenos deseos de quienes llegan a creernos, o esas fantasías que a veces tenemos pensando que los divertimentos del lenguaje pueden entretener a otros que quizás lleguen a ser amigos.

"Me libro" imaginando que aquí comienza a desplegarse ese manojo de hojas sueltas, que se articulan diversos momentos que son recuerdo e historia, memoria y destino, expresiones de la razón y del delirio, a veces sólo juegos, o pequeños homenajes a escritores que he querido. Me (hago) libro de un modo que hacen posible las máquinas que apenas hace media vida creíamos producto de los cuentos de Ray Bradbury, Isaac Asimov, Arthur Clarke, y tantos geniales creadores de posibilidades, ilustres y dignos sucesores de Julio Verne.


No hay grandes pretensiones. Tal vez una, importante, es volver a mis amigos de muchas épocas y lugares, siempre grata y amorosamente recordados. Este es un modo de darles los buenos días y los buenos años que nos dimos y nos seguiremos dando sin tiempos y sin distancias. Muchos encontrarán aquí señas y guiños, evocaciones y anécdotas, complicidades, algo de humor y algo de literatura y algo de las simples ganas de provocar de nuevo los encuentros. En otro blog me libro de otros modos.

A ver cómo "me libro" aquí:


1. El amor develado

Un hombre y una mujer caminan, tomados de las manos, por un paraje cualquiera. Creen que no debe importarles el tiempo, y que no tienen más necesidades que las de sentirse, corresponderse y, de vez en cuando, hablar uno con el otro. Piensan que un sentimiento único e irrepetible los alimenta y llena de sentido sus vidas. Perciben que en ellos se realiza un destino cósmico, cuya trascendencia en la evolución del Universo es decisiva. No saben que sólamente sueñan.


2. Amor sustantivo


Árbol luna prado manos flores Juan besos María tacto seda desnudez labios cabello calor unión aliento sudor gemido sal lenguas rumor estrellas frescura viento placidez sueño aurora canto montaña camino aldea cabaña sol día felicidad.




3. Sin palabras


Hablaban las manos, hablaban los labios cuando callaban, hablaban las piernas que se entrelazaban con sus cuerpos, hablaba la piel tersa a la piel áspera de la madrugada, hablaban el pecho y el vientre, hablaba un sexo con otro. Hablaban, querían hablar y casi gritar en sus niveles y en sus posibilidades, con sus temperaturas y sus vibraciones, con el bullir de adentro, con sus acomodaciones; con los ojos, con sus más recónditas superficies, con sus pliegues. Descifraban mensajes que no llegaban siquiera a los linderos del pensamiento o de la voluntad. Y se decían lo que sólo así podían decirse.

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